Como decidí con la senderista la que entrevisté, he construido una mesa-cama, es decir, que sirva para comer y dormir al mismo tiempo. Si queremos dormir subimos el colchón encima, si queremos comer, lo guardamos debajo. Todo esto para darle dos funciones a un mismo objeto, ya que necesitamos espacio en el remolque para, esencialmente, guardar la comida. Entre el colchón y la mesa, queda un hueco lo suficientemente ancho, alto y largo para guardar comida.
También he mejorado el acceso, ya que muchas personas no pueden saltar al remolque y necesitarían unas escaleras o rampa. Ya que estábamos con el doble uso, las he hecho de manera que se puedan utilizar de estantería por la noche.
Lo he podido llevar a cabo gracias a la colaboración de Antonio, de la mano de obra que ya conseguí la semana pasada y a la que me ha ayudado también esta semana, en lo que se refiere a la construcción de la mesa: Sonia, Sara y Ana.